Perlas
Abu Bakr bin al-Abyad
Nunca me gustó beber
en los verdes prados
a menos que
un talle esbelto
viera conmigo
despuntar el alba
o que al caer la tarde
me dijera:
El viento tiene celos
de aquel que acaricia mis mejillas
Ella,
dueña de los corazones,
sembradora de inquietudes
Ella
que puede provocar deseo
al espíritu más templado
Dulces labios
que guardan perlas,
dando de beber al amante
herido de amor
y fiel a sus promesas.
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