A una señora de largo cabello
No me quiere mi mujer.
Tampoco mi amante
En el bar de la esquina
ya no me fían las cervezas.
Del dolor de estar vivo
me quedan
demasiadas secuelas.
Recuerdo muchas veces
los días
que estábamos juntos.
No me quiere mi mujer.
Tampoco mi amante
En el bar de la esquina
ya no me fían las cervezas.
Del dolor de estar vivo
me quedan
demasiadas secuelas.
Recuerdo muchas veces
los días
que estábamos juntos.
0 comentarios