Infidelidades
Mi pene, como tantos otros, es bastante más fiel que yo. Eso me ha dado grandes disgustos. Uno no es infiel tan frecuentemente como para permitirse no aprovechar las oportunidades.
Espero que ella nunca lo sepa, aunque se alegraría.
La situación esta vez era perfecta: Sexo sin amor ni ataduras, un hotel de lujo, una cama de 2*2. Ella se había depilado sin que yo se lo pidiera. Los dos sabíamos lo que queríamos y estábamos dispuestos a conseguirlo.
No, no fue un gatillazo (esta vez no) , pero lo que podía (y debería) haber sido una tarde de desatado desenfreno se convirtió en un par de buenos polvos. Demasiado rápidos, demasiado pocos. Quizás ocurrió porque ella tampoco quiso preámbulos.
Después, mi hermano pequeño se negó a seguir jugando a nuestro juego favorito.
No sé realmente de qué me estoy quejando. O sí.. llevaba demasiado tiempo esperando esto y lo hubiera querido aún mejor.
2 comentarios
la vecinita -
Daniel -
Bueno, eso suele pasar de vez en cuando, pretendes ponerte las botas y como bien dices, el hermano pequeño no está por la labor. Gajes del oficio.
Saludos
Daniel