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Jamás lo vas a saber

Hadas

Hadas

Hay hadas con los ojos finos, cerrados aún
que no me miran y no quieren mezclarse ya que
tienen la piel de porcelana azul y que de las manos
sueltan pétalos de melocotón. Hay hadas comiéndome
al lado sin el más mínimo ruido y sin el más mínimo
rumor me caricia el paladar un néctar de queso y ciruela,
de agua caliente y miel, de rosa con espinas. Hay hadas
sin hablar, hadas que no hablan mi lengua y que
me queman las palabras en el fondo del mar.

Hay hadas rubias con piel de seda y pelo largo
ojos verdes y un jersey rojo con cremallera de mantequilla;
hay hadas con cara blanca, con labios grandes y sonrisa
que me llama: dos besos han de ser suficientes,
dos besos son un sacrificio, son un desvío
y un meñique colgando sobre el vacío la única
salvación. ¿Quién prefiere las montañas rusas?
Ya no tiene sentido; hay hadas rubias que son
hilos tensos de equilibrista sin red.

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