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Jamás lo vas a saber

Vosotras

Septiembre

Septiembre

De vuelta al trabajo

como un mulo de carga,
dejando la vida
por un puñado de monedas;

aguantando jefes,
compañeros,
clientes,
broncas,
malas caras.

Menos mal
que me esperas
al volver
a casa

Desnúdate

Desnúdate

Desnúdate

Sin miedo

Que las cosas
que tengas por hacer
no te impidan hacer
lo que quieres hacer

Que el sol
te acaricie
como yo
quisiera acariciarte

Que te quieras tanto
como yo te quiero

Demanda

Demanda

¿Por qué,
cuando te desnudas,
no puedo dejar
de mirarte a los ojos?

Casados

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Soñar con una mujer hermosa es el consuelo de muchos hombres casados con una mujer hermosa.

(Lorem Ipsum, la basura de relleno de la vida)


Más Benedetti

Más Benedetti

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

La clave del éxito en el matrimonio

La clave del éxito en el matrimonio

Refiriéndola a los casados, y con palabras que recuerdan las antes citadas, la castidad conyugal sería la virtud que hace posible y facilita que a los quince, veinte, veinticinco o muchos más años de matrimonio, cada esposo se encuentre tan enamorado del otro y éste le resulte tan atractivo, en todos los sentidos del término, como aquel día ya lejano en que los dos quedaron recíprocamente prendados; o mejor, porque es más cierto, mucho más amable y arrebatador que entonces, por cuanto el cariño prolongado le ha conducido a descubrir y ahondar en su riqueza personal y en su hermosura más real y certera.

La castidad, por consiguiente, es algo grande, excelso, positivo, que no se limita o resuelve en un conjunto de prohibiciones y que va mucho más allá de los dominios de la mera genitalidad. Su objeto propio, como el de toda virtud, es el amor: En este caso, el amor de dos personas sexuadas -varón y mujer- y justo en cuanto tales. Y su fin, hacer que se despliegue y fructifique ese cariño en todas y cada una de sus dimensiones, no sólo en las directamente relacionadas con el trato corporal ni genital.



Por eso, para vivirla en toda su grandeza, es oportuno que cada miembro del matrimonio dedique expresamente todos los días unos minutos a decidir aquel o aquellos detalles de cariño y delicadeza con los que dará una alegría al otro y elevará la calidad y la temperatura del amor mutuo; como también que ponga todos los medios a su alcance para que esas manifestaciones de afecto decidido lleguen a cumplirse, teniendo en cuenta que si no se empeña en darles vida es muy posible que el trabajo y las demás ocupaciones las dejen en simple "buena intención".

De manera similar, un marido enamorado tiene que estar dispuesto a repetir muchas veces al día a su esposa, junto con otras manifestaciones de afecto, que la quiere. ¡Claro que ella ya lo sabe! Pero necesita de forma casi perentoria que semejante confirmación gozosa le entre por los oídos muy a menudo: es una delicadeza aparentemente mínima, pero que la reconforta y le da vigor para seguir en la brega, a veces ingrata, de sacar adelante con bríos renovados el hogar y la familia. Y el varón, por su parte, además de agradecer también en muchos casos la declaración paralela de su esposa, necesita pronunciar esas palabras para reforzar, mediante la afirmación expresa y materializada, los quilates de su amor y de su fidelidad.

Haciendo el amor a un ángel

aaa.jpgSé que no eras un ángel
ni una puta

Me cogías como un ángel
hasta hacerme estornudar
por el roce de las plumas
de tus alas y claro
caían lágrimas de mis ojos

Llorabas entonces
como una puta enamorada
de un ocasional cliente caliente
y nuestros gemidos no sexuales
se elevaban a los cielos

Allí quedó nuestro amor, colgado
después de alguna noche
de sexo en la que perdiste las alas
al golpear contra una nube
y caíste hacia algún lugar del planeta.

No te volví a ver
pero sigo buscándote
y reavivando tu recuerdo
en iglesias y burdeles.

J. D. Perrota, encontrado en Cristal Secrets

Luis Alberto de Cuenca, El hacha y la rosa (1993)

Luis Alberto de Cuenca, El hacha y la rosa (1993)

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.

Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.

Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno
.

El amor es una bahía linda y generosa

El amor es una bahía linda y generosa

...porque con éstas o con otras palabras
quiero decir que no sos tan sólo
la querida muchacha que sos
sino también las espléndidas
o cautelosas mujeres
que quise o quiero
porque gracias a vos he descubierto
(dirás ya era hora
y con razón)
que el amor es una bahía linda y generosa
que se ilumina y se oscurece
según venga la vida
una bahía donde los barcos
llegan y se van
llegan con pájaros y augurios
y se van con sirenas y nubarrones
una bahía linda y generosa
donde los barcos llegan
y se van
pero vos
por favor
no te vayas.

Benedetti

Besos (G. Mistral)

Besos (G. Mistral)

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas
hay besos por prohibidos, verdaderos.

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.

Drexler dixit

Drexler dixit

Antes de mí tú no eras tú,
antes de tí yo no era yo.
Antes de ser nosotros dos
no había ninguno de los dos,
no había ninguno de los dos.

Antes de ser parte de mí,
antes de darte a conocer,
tú no eras tú y yo no era yo,
parece que fuera antes de ayer.

Antes que nada
yo quiero aclarar
que no es que estuviera tampoco pasándolo mal antes.

Pero algo de mí, yo no supe ver
hasta que no me lo mostró,
algo de tí, que quiero creer
que no vio nadie antes que yo,
que nadie vio antes que yo

Después de todo
lo que quiero es decir
que no entiendo como podía vivir antes,
no entiendo como podía vivir antes
no entiendo como podía vivir.

Antes de irme
yo debo decir:
yo también pensaba que era feliz
No entiendo como podía vivir antes.

Cincuenta mil

Cincuenta mil

Cien veces quinientos,
cincuenta veces mil,
más besos tú dame,
lectora gentil,
que flores criadas
en Mayo y Abril
por aguas traídas
de Darro y Genil.

- ¡Qué mucho demandas!
- Que poco pedí,
pues todas las veces
viniste hasta mí.

- ¿Bástate un beso?
- ¡Ni cincuenta mil!
Que sigas viniendo
te quiero pedir.

Soneto para amadas meteorológicas - (L.G.)

Soneto para amadas meteorológicas - (L.G.)

Hay una sola palabra: primavera,
Pero no hay una sola primavera.
Yo conozco dos.
Necesitamos dos palabras para las dos primaveras.
Una primavera fría,
Esquiva,
Primavera que muestra pero no da.
Beatrice, Dark Lady, Laura, Stella, Elisa,
De blanco cuello blanco que no puedes besar.
Primavera de escalofrío y lluvia,
Una flor al día.
Cada tierno brote una semana de anhelo,
Cielos azules que prometen brisa suave
Pero engañan.
Cuatro meses de súplica y diez días de calor,
Conozco primaveras (¿o eran mujeres?) así.
Y otra primavera ardiente,
Colores que estallan,
Toda entregada entera,
Flores y fruta y luz,
De golpe.
Y de repente te trae el verano,
Ahogo, sofoco, bochorno, treinta y siete grados,
Exigencias.
Te dio placer y te hará sudar.
Conozco primaveras (¿o eran mujeres?) así.

Callejera

Callejera

Cuando apurada pasás
rumbo quién sabe a qué parte,
haciendo lucir con arte
tu silueta al caminar,
va diciendo ese taquear
que tenés de milonguera:
"Callejera... Calle]era...
¿a dónde irás a parar?"

Esos trajes que empilchás
no concuerdan con tu cuna,
pobre mina pelandruna
hecha de seda y percal.
En fina copa e’ cristal
hoy tomás ricos licores,
y entre tantos resplandores
se encandiló tu arrabal.

Callejera,
que taqueás de Sur a Norte,
dando dique con el corte
de ese empilche que llevás.
Callejera,
vos también sos Milonguita
y en el fondo de tu almita
una pena sepultás.

Triunfa tu gracia, yo sé,
y en los fondines nocheros
sos de los muebles diqueros
el que da más relumbrón.
Despilfarrás tentación,
pero también, callejera,
cuando estés vieja y fulera
tendrás muerto el corazón.

Seguí nomás, deslizá
tus abriles por la vida,
fascinada y engrupida
por las luces del Pigall,
que cuando empiece a tallar
el invierno de tu vida
notarás arrepentida
que has vivido un carnaval.

LA CAMARADA

LA CAMARADA

Julio Cortázar,
Salvo el crepúsculo

Claro que sos mi camarada
porque sos más,
sos siempre más.
Hay una ruta en común, el horizonte
dibujado con lápiz de esperanza,
hay la amargura del fracaso
a la hora en que los hornos no se encienden
y hay que palear de nuevo
el carbón del mañana.

Claro que sos mi camarada
porque sos la que dice no, te equivocaste,
o dice sí, está bien, vayamos.
Y porque en vos se siente
que esa palabra es una
lenta, feliz, necesaria palabra:
hay cama en camarada,
y en camarada hay rada,
tu perfume en mis brazos,
tu barca anclada al lado de la mía.

Mírame

Mírame

El ojo que tu ves
no es ojo porque lo veas
es ojo porque te ve

Si tienes webcam puedes sacarte una foto en la columna de la derecha.
Muéstranos lo mejor de ti

Mujeres

Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia,
hay mujeres que nunca reciben postales de amor,
hay mujeres que sueñan con trenes llenos de soldados,
hay mujeres que dicen que sí cuando dicen que no.

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Hay mujeres que bailan desnudas en cárceles de oro,
hay mujeres que buscan deseo y encuentran piedad,
hay mujeres atadas de manos y pies al olvido,
hay mujeres que huyen perseguidas por su soledad.

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Hay mujeres veneno, mujeres imán,
hay mujeres consuelo, mujeres puñal,
hay mujeres de fuego,
hay mujeres de hielo,
mujeres fatal,
mujeres fatal.

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Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan,
hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad,
hay mujeres que abren agujeros negros en el alma,
hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz.

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Hay mujeres envueltas en pieles sin cuerpo debajo,
hay mujeres en cuyas caderas no se pone el sol,
hay mujeres que van al amor como van al trabajo,
hay mujeres capaces de hacerme perder la razón.

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Hay mujeres veneno, mujeres imán,
hay mujeres consuelo, mujeres puñal,
hay mujeres de fuego,
hay mujeres de hielo,
mujeres fatal,
mujeres fatal.

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Hay mujeres que compran a plazos un nicho en el cielo,
hay mujeres que cambian abrazos por ramos de azahar.

Hay mujeres veneno, mujeres imán,
hay mujeres consuelo, mujeres puñal,
hay mujeres de fuego,
hay mujeres de hielo,
mujeres fatal,
mujeres fatal...

Joaquín Sabina

GAB XXIII

GAB XXIII

Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.

El masaje es el camino seguro hacia su corazón

El masaje es el camino seguro hacia su corazón

Supongamos
que ya
te has abierto camino
entre sus piernas.

¿Qué hacer ahora?

Damos por sentado
que cada una hará
lo que quiera, pueda o sepa.

Aquí sólo vamos a dar algunas sugerencias.

Algo muy recurrido y sencillo
es besar las ingles y el vello púbico,
prestando especial atención
a la parte central donde se unen los labios.

En algunas mujeres los labios
son prominentes y accesibles,
mientras que en otras
se encontrarán escondidos
tras una maraña de vello púbico.

Soy lo prohibido (Bolero para Ellas)

Soy lo prohibido (Bolero para Ellas)

Soy ese vicio de tu piel
que ya no puedes desprender.
Soy lo prohibido.

Soy esa fiebre de tu ser
que te domina sin querer.
Soy lo prohibido.

Soy esa noche de placer,
la de la entrega sin papel.
Soy tu castigo.

Porque en tu falsa intimidad
en cada abrazo que le das
sueñas conmigo.

Soy el pecado que te dió
nueva ilusión en el amor.
Soy lo prohibido.

Soy la aventura que llegó
para ayudarte a continuar en tu camino.

Soy ese beso que se da
sin que se pueda comentar.

Soy ese nombre que jamás
fuera de aquí pronunciarás.

Soy ese amor que negarás
para salvar tu dignidad.
Soy lo prohibido.