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Jamás lo vas a saber

Vosotras

Contigo

Contigo


Aunque no quieras creerme,
yo también fui un ángel una vez.

Como a todas,
hubo un momento
en el que el velo de la realidad
se me desgarró ante los ojos
y el dolor del amor
me hizo gritar
que nunca más volvería a querer

Por eso estoy ahora aquí,
contigo

Navidad

Navidad

La navidad
puede consistir en acordarse
de aquellos a quienes
hasta la navidad
les da la espalda.

Los que no tienen ni siquiera
un establo donde parir
ni un dios que les prometa
una esperanza, siquiera vana.

La navidad es para ricos
que no saben que lo son.

Gentes a las que
solo nos falta
un poco de sexo,
quizás un capricho,
un beso,
una nueva perversión.

POEMA DESTROYER

POEMA DESTROYER


Reventé dos bombillas rojas
y te hice tragar cristales.
Sentado en el bidé,
frente a las baldosas blancas,
lavas cristales rojos.
Quiero que sepas del dolor
más profundo
en tus mismísimas entrañas.
Que cada esquirla
te haga sangrar,
como hace mi mente cada día:
mi sonrisa sangra.
Deshacer el nudo
de ambigüedades,
los cajones
que guardan todas las categorías
formuladas por un hilo de seres humanos.
Duele.

leticia vera

La intelectual

La intelectual Ella escribe
continuamente
como un largo pulverizador
rociando
el aire,
y discute
continuamente;
no hay nada
que yo pueda decir
que no es en verdad
algo más,
luego,
paro de hablar;
y finalmente
discute con ella misma
afuera de la puerta
diciendo
algo como-
no estoy tratando de
impresionarme a mí misma
a partir de ti.

pero conozco
estará de
de regreso, ellas siempre
Vuelven.

y
a las 5 p. m.
estuvo golpeando a la puerta.
la dejo entrar

no me demoraré, dijo
si no lo deseas.
está bien, dije,
voy a tomar un
baño.

fue a la cocina y
comenzó con los
platos.

como estar casado,
aceptas
todo
como si así
hubiera sido.

Charles Bukowski. Versión de Rafael Díaz Borbón

diablo

diablo

El sábado me arrastro sin fuerzas,
sin siquiera poder adorar el esplendor del sol.

Leo acerca de la energía y el amor.
Intento deliberadamente rehacerme a mi misma.

Soy una guerrera que agoniza,
que saca fuerzas de donde ya no tiene
y comprendo que una y otra vez
que en vos estoy buscando mi masculinidad.

Como una cruel vampira,
quise adueñarme de cada gota de tu ser,
quise manipularte, poseerte, controlarte.

Me aparté de mi camino y de mi búsqueda,
me entregué por completo a mi adicción por vos
y aprendo la lección por la que cruzaste frente a mí.

Decido volver a nivelarme, a reconectarme con la fuente universal.
Volver a ser un ser completo y pleno, amarme y liberarme.
Amigarme nuevamente con la muerte, la eterna compañera.
Así anticipo la bienvenida al solsticio,
a los jazmines perfumados y al recuerdo de nuestra danza eterna.

Siesta interrupta

Siesta interrupta

Soy la pasión
que altera tus sentidos,
perturba tu descanso;
impregnada de sueños
y deseos pervertidos,
soy la lengua
que corre depravada y lenta
por tu cuerpo adormecido;
la efusión más violenta,
exagerada, descomedida;
ímpetu y libido
que despiertas en mí con tu mirada:
me arrancas el amor que te profeso
en forma de gemidos y de abrazos,
y lo último que dejo
son balazos de labios
con constante retroceso
para arrancar tus blancos fogonazos
y devolverte el sueño con un beso.

María Lasciva

MADEMOISELLE GIVENCHY

MADEMOISELLE GIVENCHY

Me has dado la alegría de tus altos tacones,
el bebedizo alcohólico de tus medias de zorra
y la provocación del color de tus ojos
que Valera robase en Pepita Jiménez.
Me has seducido, en fin, con tu carmín idólatra
y el tóxico feroz de tus cejas negrísimas.

Y me has dado también el licor de tus labios,
el spleen de Madrid en las tardes de otoño,
el aroma de kif de Valle en sus Sonatas
y una luz turbadora en el show de los palcos.
El gesto y desafío devoto y altanero-
que Marilyn brindase al cuento de Capote.

En la noche más honda tu presencia ilumina
la amarga y devastada ausencia de la aurora,
y la frivolidad de tu risa miope
se hace rosa profana de salvación perpetua.
Aterrizaste ociosa con tus alas de maga
para contaminarme en mi desasosiego.

Bajo la luna llena, desnuda y melncólica
atraviesas espejos de deseo y de vértigo
con la aniquiladora belleza de la fiebre
invitando a un viaje de magia y de arrebato.
Si arcángel de ebriedad serás imán y pétalo,
si reina de las nieves, aviador y diamante.

ÁNGEL RODRÍGUEZ

A los postres

A los postres
-Creo que lo único realmente monstruoso es la vida- dijo el doctor Muñoz del Campo con su voz resonante y sensual. Era un hombre joven, lánguido y melancólico, y sus ojos azules se posaban sobre los demás con asombro permanente.

Aquel era un comentario melodramático e inoportuno que había sido proferido por alguien que no tenía la menor noción de las palabras que deben pronunciarse en el momento en que se sirve el postre.

Elisa Rubertoni, la anfitriona, una madura mujer que era tan libidinosa como frívola, intentó borrar aquella mancha.

-Creo que la vida sólo es monstruosa cuando uno se acuesta en la cama desnudo y sin compañía- dijo.

Todos rieron con mesura.

Luciano Estévez trató de imaginar cómo sería la vida sexual de su anfitriona. Era una mujer elegante, de rostro armonioso, cuerpo opulento, senos y caderas firmes y mirada profunda y escrutadora. Era más deseable que su propia mujer, a quien encontró casi insignificante en ese momento.

-Creo que Muñoz hablaba en serio- dijo Andrea Paiva con empecinamiento, pues le desagradaba la vulgaridad que suele aflorar en ciertos seres mundanos cuando la conversación alude a asuntos eróticos. La mujer de Rubertoni era un buen ejemplo de ello -. La vida es monstruosa, sin duda. Sobre todo porque es inexplicable. Yo, por ejemplo, no tengo la menor idea de para qué sirve.

Era llamativo que hablara de ese modo una profesional rica y exitosa, pero Luciano Estévez, cuyos impulsos lúbricos eran proporcionales al erotismo de las personas que tenía a su alrededor, dijo con intención:

-Yo podría decirle para lo único que sirve.

El comentario le encantó a la anfitriona, quien aprovechó la oportunidad para imprimirle a esa cena que había sido extensa y bastante aburrida un matiz pérfidamente sensual.

-A mí me encantaría... -dijo, pero dejó la frase en suspenso. Esa era la mejor forma de sugerirle al osado y atrayente joven que ella estaba disponible para lo que fuera. Me encantaría saber por qué la gente se aburre tanto- añadió para disolver aquella especie de audacia -. Yo, por ejemplo, me entretengo demasiado.

Flaca

Flaca

Palabras y sombras
en un deje de poeta viejo.
En un sueño
de distancias amanezco.
Una imagen entrevista:
breves senos.

Canas en mis sienes.
Otra hora, otro tiempo.
Adivinándote,
me pongo enfermo.
Y el océano me niega
el único remedio.

MI PROBLEMA

MI PROBLEMA

Creo que mi problema
es que te veo poco desnuda
no digo ya en general
sino que hoy te veo
poco desnuda

De carne y verso

Piña en almíbar

Piña en almíbar


Antes de ayer
Perdita me comentó
que comer piña en almíbar
hace que tu sabor vaginal
sea mucho más dulce.

Nos despedimos en el metro,
fui al súper,
me compré tres latas de piña
y me las comí para cenar.

Luego,
por la mañana,
me toqué,
me chupé los dedos,
pensé en ella
y sonreí.

Ternura porno

Ojos

Ojos

Acordaos de los enojos
que me habéis hecho pasar,
y los gemidos;
acordaos que ya de mis ojos,
que de mis males llorar
están perdidos;
acordaos de cuánto os quiero;
acordaos de mi deseo
y mis sospiros;
acordaos como si muero
de estos males que poseo,
es por serviros.

Jorge Manrique

Del Génesis a la transmodernidad

Del Génesis a la transmodernidad

El universo
se ha poblado de otros,
de encarnaciones
de mis propias pulsiones ocultas.

Había conseguido exorcizarlos
relegándolos a universos distintos,
a los cuentos de hadas,
a países exóticos,
a la cocina o al manicomio.

Ahora andan por las calles
y adquieren su materialidad
plena de extranjeros de tez fosca,
de mujeres que dejan atrás
sus ollas y quebrantos,
de gentes distintas a mí.

La asunción de la diferencia ajena
quizás me reconcilie
con mi propia y oculta diferencia.

Eduard Mirá

Sé mi hada

Sé mi hada


Sé mi hada

Cuida de mí
estos días
difíciles.

Te lo estoy
pidiendo
a ti.

No me falles.

Piel Desnuda

Piel Desnuda

Porque
el deseo
es una tendencia constante
y la emoción
se hace crónica,
existe esta piel
salpicada de besos,
perdida en caricias,
arropada de cielos
cálidos y placenteros,...
desnuda
siempre
para ti,
tal y como soy,
sin más...


Piel Desnuda

Hoy no tengo ganas de escribir

Hoy no tengo ganas de escribir

sólo desearos lo mejor para el año que viene. Incluido mucho y buen sexo.

La rueda del amor (Campoamor)

La rueda del amor (Campoamor)

y aunque me pesa en el alma,
no siento los corazones
que muellemente se agitan
bajo esos pechos de bronce.
...
Mas ¿cómo sin dar amante
a vuestro enojo ocasiones,
huís, dejándome solo,
sin advertirme por dónde,
tal que siquiera dejasteis,
pasando como ilusiones,
ni removida la arena,
ni destroncadas las flores?

Sin duda en mágico vuelo,
como celestes visiones,
entre la grama y los aires
os deslizasteis veloces,
huyendo mi fe constante,
pues vuestros pechos traidores
tienen el aire por guía,
y la inconstancia por norte
.

San Nicolás

San Nicolás

Mañana
se llenan
las calles
de Praga
de hombres
disfrazados
de Papa Noel.

Yo les pido
una chica private
trayéndome los regalos,
una amante viciosa
para este año,
un abrazo cariñoso
tuyo
o, simplemente,
que te pongas buena,
querida.

De Jaime Sabines

De Jaime Sabines

Te desnudas igual que si estuvieras sola
y de pronto descubres que estás conmigo.
¡Como te quiero entonces
entre las sábanas y el frío!

Te pones a flirtearme como a un desconocido
y yo te hago la corte ceremonioso y tibio.
Pienso que soy tu esposo
y que me engañas conmigo.

¡Y como nos queremos entonces en la risa
de hallarnos solos en el amor prohibido!

(Después, cuando pasó, te tengo miedo
y siento un escalofrío.)

Cosas que deseo conservar

Cosas que deseo conservar


-La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.

- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana, cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirte la palabra.

- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.

- La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.

- La promesa de que yo sería el Único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.

- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.

- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.

- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos.
(También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).