Jamás será vergonzosa
Puedo exhalar, con voz deforme,
el suspiro del placer de la carne
y perderme entre un mundo desnudo
en el que sólo se vive sobre el orgasmo
¡Ay! misterioso y cruel espasmo
gozoso momento incomparable
desnuda figura que, insoslayable,
me enredas en el aire del gemido
¿y cuánto semen será extraido
de mi cuerpo desnudo que sólo goza?
Pues jamás será vergonzosa
la práctica del placer prohibido.
Y así me miren para matarme
seguiré desnudo, tocándome
sudoroso, cansado, exitado,
esperando con paciencia el momento
en el que mi alma llegue al cielo,
para disfrutar el instante, el momento,
en que mis labios estallen en un alarido
y de mi éxtasis haga eco el gemido
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