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Jamás lo vas a saber

Romance del revisor y la voluptuosa

lin.jpgUn escuezno, nada más, para el ayunte, un alfarnate para embobecerte el itervio y enchufarte el bulpo en la alfóciga, tanta mangancia para qué, ahora, ahora mismo quiero despepitarte la isoglosa, quiero ser huracán para tu súrculo, arderte fueguecillos en la destetadera, sacudirte el oscilógrafo abemoladamente, mi vida, vas a tocar el guzpátaro, ahora está fláccida, pero espérate a que se alindongue, espérate a que el chirimollo se me enmadure y verás qué borbolleo, qué emballestadura, qué manera de desaguarme en los hibiernos, qué manera de antorcharte la gatamusa con casimpulza barbárica, qué gusarapo glúteo en el anemuesco. Y cuando tengas la consonántica en los diapasones, sí, mi vida, te daré, sí mamita, sí, sí, sí, nos repujaremos el rábano y la cachetina con infamia perpetradora, ven verecunda mía, sobémonos el frenillo y el virote, tuerca para tornillo, únceme el popotal con el barrujo bien abierto, acuciémonos la acólcetra y los filipichines, circunsólame apezonando la erotomanía, estoy que no puedo con la güimba, va a chorrearme de la verecundia, oh, sí, ponme ahí tu heliotropo, que rezume, caramelito estruendoso para tus afufones, lávame con la susodicha la recocta, hazme emelgo en el frenillo, suculenta, hasta que nos arrastren por escándalo al desinfectorio, no importa, no importa, sólo se vive una vez, se descuajeringa en una chisca el azamboo y después para qué, el morbete se mustia y se lo morfan los gusanos, así que musítame ese ímpetu que tú sabes antes que suban más pasajeros al tren.

El florido byte

Espejos de colores

Espejos de colores

Busco sus ojos.
Busco la perfecta
y completa noción
del contenido
de sus ojos fríos,
porque sé que dentro de ellos
en realidad el calor es incandescente;
busco el ángulo exacto de sus hombros
para entender por qué se alejan tanto.
Quiero descifrar qué es lo que en sus ojos
oscuros como la noche y puros como el oro
me pierde sin darme noticia;
quiero descifrar su expresión
de la manera necesaria
para aprender a interpretarla.
Busco entender el color de sus estrellas
y el tamaño de su ser entero.

A ver si me entiende;
busco el prisma necesario
para descomponer sus colores de la manera correcta.

Una rapsodia azul

no quiero

no quiero


No quiero darte el sí quiero. Ni siquiera quiero que me cojas de la mano, que me cuelgues el abrigo ni me cantes en el baño. No hace falta que prepares desayunos ni decores mi salón (no, no elijas el color de las paredes). No te pido que dejes a tu mujer, sigue dándole las flores y los buenos días, dame a mí alguna cena a escondidas, alguna siesta en desvelo, dedícame las mentiras. Espérame en algún baño, redúceme en algún quicio, yo no quiero ser tu inicio. Me queda perfecto el disfraz de amante, ayer te vi desde el coche y a punto estuve de soltarte un piropo escandaloso. No quiero que pongas ni colchón ni barandilla por si caemos un día, tírate de la ventana a las seis de la mañana, que te espero en gabardina.

Lolaberinto

Como ayer

Como ayer

Me cuesta trabajo pensar
que los besos saben igual
después de treinta años.

Me cuesta trabajo saber
que era tan fácil entrar
en tu deseo.

Me cuesta trabajo creer
que una vez me dejaste
por acariciar tus senos.

Me cuesta trabajo decir:
una noche como ayer
y el ruido del mar.

Me cuesta trabajo olvidar,
me cuesta trabajo querer,
me cuesta trabajo amar.

Ricardo Arjona: Duele verte

Ricardo Arjona: Duele verte

Duele verte con un tipo
al que le faltan las ideas
y le sobran argumentos.
Duele verte anestesiada
porque así se dio la cosa,
porque así quiso tu suerte.
Mientras yo caliento el banco de suplentes
con la camiseta puesta
para incluirme en tu futuro.
Mientras yo te doy de día
lo que él no cumple en las noches.

Aquí está tu clandestino
pa’ jugar al escondite
como amante guerrillero.
Pa’ cubrirte tus carencias
de ternura y desenfreno.
Aunque yo no esté en la foto
de la sala de tus padres,
ni en el bautizo del sobrino.
Y es que tú ahora tienes dos
y a mí me dividen una.

Cierra puertas y ventanas
que el mismísimo cielo pondrá una sucursal,
en el séptimo piso,
a las 11:50,
mientras duren los besos
y permita el reloj.
Cierra puertas y ventanas
que en 90’ habrá que condensar,
las caricias que caben
en los huecos que dejan
los encuentros furtivos y la soledad.
Y es que tú ahora tienes dos
y a mí me dividen una.

Puede ser que tu conciencia
te castigue por las noches
y te aliente en las mañanas.
Puede ser que un día de tantos
nos quedemos sin futuro
y tú sigas con tu teatro.
Mientras tanto dame un beso atrincherado,
de esos que por ser culpables,
son como agua en el desierto.
Tómame como al tequila,
de un golpe y sin pensarlo,
que si alguien sale ganando,
eres tú querida amiga, aunque pienses lo contrario.
Y es que tú ahora tienes dos
y a mí me dividen una.

Casablanca

Casablanca

Entre todos los bares de este mundo
he venido a este bar para encontrarte,
furtiva como siempre,
para rozar la piel de tus esquinas.

Y cómo me hace daño tu cansancio
-ya sabes que mañana es cada lunes-
esa vieja, tristísima, memoria
de buscarle sentido a algo que bulle
como se abre una flor,
así, de golpe.

Manías de la ausencia y tus nostalgias.
Te noto tan cansado...
Quiero dormir contigo. Busca sólo
un poco más de sueño y de tabaco.
Quiero morir contigo.
¿Por qué no me prometes un cumpleaños más?
Las arrugas ahí sí que son cosas serias
o el paso de los días,
con mis pechos que bajan a acariciar tus manos.
Y luego cuando un labio nos elude
en la piel de las ingles, ay, no muerdas,
y nos brinca por dentro...

Ángeles Mora

Confesión

Confesión

Fue a conciencia pura que perdí tu amor. Nada más que por salvarte.
Hoy me odias y yo, feliz, me arrincono pa’ llorarte.

El recuerdo que tendrás de mí será horroroso.
Me verás siempre golpeándote, como a un malvao;
y si supieras bien qué generoso
fue que pagase así tu gran amor...

¡Sol de mi vida!...
fui un fracasao,
y en mi caída busqué echarte a un lao.
porque te quise tanto, tanto...
que al rodar para salvarte
sólo supe hacerme odiar.

Hoy, después de un año atroz,
te vi pasar. Me mordí pa’ no llamarte.
Ibas linda como un sol;
se paraban a mirarte.

Yo no sé si el que te tiene así
se lo merece.
Sólo sé que la miseria cruel
que te ofrecí
me justifica, al verte hecha una reina,
que vivirás mejor lejos de mí.

¡Sol de mi vida!...
fui un fracasao,
y en mi caída busqué echarte a un lao.
porque te quise tanto, tanto...
que al rodar para salvarte
sólo supe hacerme odiar.

Enrique Santos Discépolo/Luis C. Amadori

Misteriosa Intimidad

Misteriosa Intimidad

La misma fuerza que nos aparta con timidez de una amiga permite que nos coja del hombro un extraño; Damos un beso a un niño en la cabecita, el nos lo devuelve en la mejilla y nos sonrojamos; El amigo que nos pellizca en broma nos mata del susto si pone la mano sobre la nuestra; Sabemos que un ligero empujón es una muestra de afecto, huímos de los ojos que se nos clavan.

Un gesto con que el otro nos aparta el pelo de la cara o nos quita una carbonilla,es el mayor secreto erótico, un símbolo de posesión...Si se detiene a peinarnos las cejas nos rendimos, nos inundamos de pasión. Nuestra madre nos coloca con afecto el cuello de la camisa y gruñimos, nos removemos, nos incomodamos.

Esa mano que se posa en nuestro rincón más secreto puede ser más inocente que la de un niño; Sólo quiere decir eso tan simple y tremendo de "yo soy tu, tu eres yo, acaricio lo que nos gusta, rasco donde nos pica".

Decimos "buenos días" desde la puerta, acariciando el pelo del que duerme o sujetando con fuerza su pene. Siempre la respuesta es "ya voy". Y viene, pero de diversas maneras.

El tacto que podría ser ofensa se convierte en placer; El rechazo es una risa o una lágrima; La vida es un eludir y una aproximacion desesperada.

No quiero tocarte, no me obligues a tocarte, no debo tocarte, no me impidas tocarte, tócame, me muero por tocarte, no puedo evitar tocarte....

Y sin embargo se mueve

Flaca

Flaca

Palabras y sombras
en un deje de poeta viejo.
En un sueño
de distancias amanezco.
Una imagen entrevista:
breves senos.

Canas en mis sienes.
Otra hora, otro tiempo.
Adivinándote,
me pongo enfermo.
Y el océano me niega
el único remedio.

Ángeles

Ángeles

Cuando un ángel pierde las alas solo queda una puta con cicatrices

Cienmil

Cien mil personas se han interesado por este blog sin pretensiones. Me siento sorprendido y un poco abrumado. Gracias a todos.

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San Valentín: el amor es de los amantes

San Valentín: el amor es de los amantes

Votacion Actual


¿Has sido infiel a tu pareja?

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  • En alguna ocasión y estoy arrepentida 20%

  • En alguna ocasión y lo volvería a hacer 20%

  • Soy infiel frecuentemente pero él no lo sabe 13%

  • Soy infiel frecuentemente y se lo cuento a mi pareja 5%


    Nosotras.com

    ¿Y vosotras, qué decís?

Oscar Fingal O`Flahertie Wills WILDE

Oscar Fingal O`Flahertie Wills WILDE

Todos matan lo que aman;
el cobarde, con un beso;
el valiente, con una espada.

MI PROBLEMA

MI PROBLEMA

Creo que mi problema
es que te veo poco desnuda
no digo ya en general
sino que hoy te veo
poco desnuda

De carne y verso

De Serrat

De Serrat

Donde quiera que estés,
te gustará saber
que por flaca que fuese la vereda
no malvendí tu pañuelo de seda
por un trozo de pan
y que jamás,
por más cansado que
estuviese, abandoné
tu recuerdo a la orilla del camino
y por fría que fuera mi noche triste,
no eché al fuego ni uno solo
de los besos que me diste.
Por tí brilló mi sol un día
y cuando pienso en tí brilla de nuevo
sin que lo empañe la melancolía
de los fugaces amores eternos.
Donde quiera que estés,
te gustará saber
que te pude olvidar y no he querido,
y por fría que sea mi noche triste
no echo al fuego ni uno solo
de los besos que me diste.
Donde quiera que estés...
si te acuerdas de mí.

Piña en almíbar

Piña en almíbar


Antes de ayer
Perdita me comentó
que comer piña en almíbar
hace que tu sabor vaginal
sea mucho más dulce.

Nos despedimos en el metro,
fui al súper,
me compré tres latas de piña
y me las comí para cenar.

Luego,
por la mañana,
me toqué,
me chupé los dedos,
pensé en ella
y sonreí.

Ternura porno

QUÉ RUIDO TAN TRISTE (Cernuda)

QUÉ RUIDO TAN TRISTE (Cernuda)


Qué ruido tan triste el que hacen dos cuerpos cuando se aman,
parece como el viento que se mece en otoño
sobre adolescentes mutilados,
mientras las manos llueven,
manos ligeras, manos egoístas, manos obscenas,
cataratas de manos que fueron un día
flores en el jardín de un diminuto bolsillo.

Las flores son arena y los niños son hojas,
y su leve ruido es amable al oído
cuando ríen, cuando aman, cuando besan,
cuando besan el fondo
de un hombre joven y cansado
porque antaño soñó mucho día y noche.

Mas los niños no saben,
ni tampoco las manos llueven como dicen;
así el hombre, cansado de estar solo con sus sueños,
invoca los bolsillos que abandonan arena,
arena de las flores,
para que un día decoren su semblante de muerto.

Llegar a viejos

Llegar a viejos

Siempre supe
que envejecería contigo.

No me preocupaba
que siguieras con él,
que yo no estuviera contigo.

Siempre supe
que envejecería contigo.

Y nos hemos hecho viejos.

Demasiado tarde
para envejecer
contigo.

Viento

Viento


No puede ser que las palmeras se doblen
a acariciar la crin de los caballos
y los ojos de las putas sean tiernos
como los de una Venus de Lucas Cranach


no puede ser que el viento levante las polleras
y que todas las piernas sean lindas

M. Benedetti

Oliverio Girondo - ¿Malos tratos?

Oliverio Girondo - ¿Malos tratos?

Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas.

Que te crezca, en cada uno de los poros, una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una aplanadora, al espesor de tu retrato.

Que al salir a la calle, hasta los faroles te corran a patadas; que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte ante los tachos de basura y que todos los habitantes de la ciudad te confundan con un meadero.

Que cuando quieras decir: Mi amor, digas: Pescado frito; que tus manos intenten estrangularte a cada rato, y que en vez de tirar el cigarrillo, seas tú el que te arrojes en las salivaderas.

Que tu mujer te engañe hasta con los buzones; que al acostarse junto a ti, se metamorfosee en sanguijuela, y que después de parir un cuervo, alumbre una llave inglesa.

Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto, para que los espejos, al mirarte, se suiciden de repugnancia; que tu único entretenimiento consista en instalarte en la sala de espera de los dentistas, disfrazado de cocodrilo, y que te enamores, tan locamente, de una caja de hierro, que no puedas dejar, ni un solo instante, de lamerle la cerradura.

En pájaros mojados